Sólo es la cena, los martes, desde ahora en adelante…

El experimento bilingüe está un poco atrasado en este momento, ha perdido su novedad, supongo. Aunque, noto que cuando nuestra hija oye el castellano del Papá, la reacción es asombro y alegría. Su español competente escondido rara vez se revela. Bostezo, el español diario de la mamá es cotidiano y casi no se nota. Pero si el Papá hable español, ¡cielos! Risa, sonrisa, risa. ¡Viva el español!

Así esta semana le pedí a mi marido que hablara en español una cena por semana. Estudiaba él doce meses de español intensivo el año que vivíamos en Chile. Mi marido llegó a tener un nivel intermedio. Además, hace quince años me ayudaba en encabezar una mesa de español aquí en Madison.

Este domingo él me dijo que preferiría los lunes o los martes. Quedamos en los martes. Por diez años nos escuchaba hablar en español. De vez en cuando nos tiraba un hueso, nos decía una palabra en nuestro “idioma secreto” (que habla 500 millones de personas) y había un gran aplauso por nuestra parte.

El martes de está semana, cumplió su palabra. Cuando se sentaba en la mesa para comer, le pregunté si estaba listo para hablar español y me dijo que sí.

La Osita Bebé estaba muy emocionada, hablando frases completas en castellano alegremente. El Papá Oso manejaba el idioma bien, entre bocados de comida. La Mamá Osa hablaba con una sonrisa grande en la boca. Alegría familiar.

La Mamá Osa dijo que la conversación este martes fue sumamente bueno.

Así nació nuestra tradición de las cenas españolas los martes. ¡Olé!

Gracias por leer Fake Flamenco! -Rebecca

Para leer más, haz un clic en el Ensayo blog en español.

Muy agradecida.

img_4781