¿Cuales son las imagenes que vienen a la mente escuchando la palabra diciembre? ¿Capas de nieve? ¿Los duendes? ¿Menorás? ¿Lucecitas festivas? Mayormente, me imagino, el invierno si vengas de un país del hemisferio del norte. ¿Podría venir el verano en diciembre? Como alguien que crecía en 45ºN latitud (Minnesota), para mí la pregunta parece absurda. Cuando vivía en Texas, experimentaba diciembres que no eran muy fríos, pero si se llamaban inviernos. En Arizona y Nuevo México, la gente disfruta de navidades templadas la mayoría de los años. Pero en los Estados Unidos la idea vendida es de una navidad con nieve. Bajo el ecuador en Sudamérica, la gente está acostumbrada a los días festivos de un diciembre caliente y bastante soleado.
Nosotros partimos de Austin (30ºN) en agosto de 2001, efectivamente yendo de un verano tejano (que dura hasta octubre) a la primavera en Santiago (está a 33ºS latitud). En diciembre llegó una onda de calor. Tradicionalmente, Chile es un país católico y allí el Papa Noel anda en pantalones cortos (bromeando). La navidad ocurre en pleno verano. En el norte, nos parece raro celebrar sin nieve, pero como dicen los chilenos, la primera navidad era templada también, en un desierto. Lo mismo se puede decir sobre la primera Janucá.
Vivía yo en la parte norte central de los Estados Unidos por todos salvo una docena de años de mi vida y la palabra diciembre conjura una buena capa de nieve frente la casa. En vez de eso, hacía la temperatura perfecta para una pollera (camiseta). En la capital chilena en aquella época, la temperatura mediana es 20ºC (67ºF), con la temperatura más alta de 28ºC (82ºF). En el centro de Santiago, no había ninguna bola de nieve y no vendieron ningún árbol de la navidad, así decoramos el balcón del departamento con lucecitas de colores.
Invitamos a mi hermana que vivía en Nueva York volar a Santiago para celebrar con nosotros. El día de la Navidad, los tres disfrutamos de las aguas minerales de los Baños Morales en el Cajón de Maipo en los Andes 100 km de Santiago. Tomamos ventaja de las temperaturas más altas para volar a Patagonia y ver el Glaciar San Rafael durante su visita. Una nave pequeña nos llevo a ver su hielo de un azul asombroso. Era un diciembre único.


Cada mes en Sudamérica tenía que repensar a cual estación pertenecía. Allí el enero es caliente, porque el sol está alto. ¿Cuándo es el otoño, si no está en septiembre? Tenía que enfocarme para entender que con el fin del año vino el verano. ¿Cómo sería para tí? ¿A cuál estación pertenece marzo, si no está en la primavera? Sí adivinaste el otoño, tienes razón. (Hola sudamericanos: para ustedes, ¿Cuál sería la estación en julio en Canadá?,,,,,,,, -Sí, es verano.)
Cuando salimos de Sudamérica en octubre de 2002, el invierno había terminado y estaba entrando la primavera. De todos modos, llegamos en Madison en el otoño, completo con temperaturas bajo cero, porque casi era el invierno. Todavía no era segura yo cual estación seguiría. ¡Caramba, como echamos de menos el verano que saltamos aquel año!
El primer invierno en Madison, mi pareja Evan usaba un abrigo fuerte y su gorro andino de alpaca (del norte de Chile) que cubría sus orejas todos los momentos que caminaba fuera de la casa. En un desarrollo sorprendente, el próximo año traspalaba nieve sin abrigo, en una camiseta pero con el mismo gorro. Sigue está tradición nueva hasta el presente.
¿Y tú? Si viajaras a Chile en junio (el invierno), irías al norte para ver el desierto Atacama o al sur a los glaciares de Patagonia? Escogimos la primera opción, para ver la sal de oceanos antiguos y pictogramas ancianas en temperaturas más agradables. Ahora, en Madison este noviembre hemos experimentados varias tormentas de nieve y muchos días con temperaturas bajo cero ya. ¡Ay, cuanto echamos de menos un diciembre chileno!
Gracias por leer Fake Flamenco (Flamenco falso). Olé! -Rebecca
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