Cumplimos con nuestro plan de hablar español los martes durante la cena este mes. Los tres tuvimos ganas de hacerlo. Treinta minutos semanales era la inversión de tiempo. Les doy el reporte de como salió y cuales son los resultados que notamos.
Al principio, las conversaciones eran un poco incómodos. Evan y yo normalmente hablamos inglés juntos. Su comprensión española es buena diecisiete años después de vivir en Chile. El comprende y habla el español intermedio después de tanto tiempo. Cada miembro de la familia podía contribuir a la plática. La vida diaria nos dio muchos temas para conversar; la nieve, las temperaturas frías, la comida, la escuela y citas de jugar con los vecinos. Todos estaban comprometidos en la mesa española, y querían practicar el idioma. Con palabras, frases incompletas o frase completas que nos vinieron a la mente sin corregir uno al otro.
Los martes en el punto cuando la cena estaría preparada en unos diez minutos más, proclamé; “estamos hablando español esta noche.” Entonces lo hablábamos durante la cena con pocas excepciones. Cada persona tuvo un momento en algún punto flaco de este mes en la mesa española, cuando nos salió el inglés. La segunda cena, nuestra hija nos pescó a sus papás hablando inglés y lo señaló. Que vergüenza, pero el hecho de que nuestra hija se sintió capaz como la arbitra de idioma significó su participación activa. Es algo que hacemos juntos, una conexión que nos une.
La teoría era que el hablar español los tres, crearía un ambiente donde lo hablaríamos más después de la cena también. En la práctica, así salió, mi hija y yo hablamos español más durante el día. Y de vez en cuando en la cocina o en el auto, ¡el Papá también mete un comentario o una broma en español! ¡Qué alegría!
Yo diría que nuestra inversión pequeña de tiempo nos haya ganado recompensas grandes. ¡Ojalá que tengamos buena suerte en febrero!
¡Gracias por leer Fake Flamenco! ¡Olé! -Rebecca
Para leer más ensayos en español, haz un clic en Ensayo blog en español.